¿Cómo le irá a la banca abierta en 2021?

¿Cómo le irá a la banca abierta en 2021?

13 de enero de 2018. Entra en vigor la segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2). Se trata de una revolución para el mundo financiero, que entra en la era de la Banca Abierta: a partir de ahora, cualquier persona que lo consienta podrá transmitir sus datos bancarios de forma segura para acceder a determinados servicios financieros. En el mundo del crédito, empezaron a surgir nuevas herramientas de evaluación del riesgo crediticio más eficaces. Este fue el inicio de la "revolución" de la Banca Abierta.

Tres años después, ¿en qué punto nos encontramos? Tras los primeros casos de uso, que aparecieron en 2018 y 2019, y luego su fuerte aceleración en 2020, impulsada por todo el sector crediticio y potenciada por una crisis de Covid-19 que rápidamente se convirtió en una crisis de riesgo, ¿qué balance podemos hacer de la Banca Abierta en 2021?

Banca abierta en el crédito: ¿ha llegado la "revolución"?

A medida que nos adentramos en 2021, está claro que la Banca Abierta se está convirtiendo en una tendencia importante, que está reorganizando completamente la baraja en el mundo del crédito. Estamos asistiendo a un auténtico cambio de paradigma: mientras que antes la evaluación del riesgo se basaba exclusivamente en datos sociodemográficos y presupuestarios estáticos y en gran medida declarativos, Open Banking ofrece información reciente y fiable sobre la situación presupuestaria y el comportamiento financiero del prestatario (tres meses de historial bancario). Como resultado, los prestamistas asumen menos riesgos y se concede más crédito a los solicitantes.

La crisis de Covid-19 confirmó la pertinencia y solidez de este nuevo modelo. En un momento en el que un gran número de hogares está experimentando caídas de ingresos difíciles de predecir con los criterios tradicionales, los criterios sociodemográficos utilizados habitualmente para evaluar el perfil de riesgo de los prestatarios son cada vez menos fiables. Aquí es donde entra en juego el análisis del comportamiento financiero de un individuo, ya que Open Banking permite evaluar la resistencia a una situación de estrés financiero con mayor precisión y prácticamente en tiempo real.

Además, desde el segundo trimestre de 2020, los agentes de crédito se enfrentan a una oleada de riesgos en sus carteras de préstamos -la proporción de perfiles de riesgo se multiplicó por cuatro en el segundo trimestre de 2020 en comparación con el primero-, con un aumento significativo del número de impagos y solicitudes de aplazamiento. En este contexto, los datos de Open Banking son más beneficiosos que nunca, ya que permiten a las entidades financieras seguir concediendo préstamos sin exponerse a riesgos excesivos, gracias a herramientas de análisis más eficaces.

Adopción: ¿cuál es la situación?

Aunque al principio muchas instituciones acogieron este cambio de paradigma con recelo y reticencia, ha llegado el momento de abrazarlo. Para Paul Peyré, cofundador de Algoan y Chief Risk & Data Officer, "hoyestamos predicando al coro. Los bancos han comprendido las ventajas de la banca abierta, pero a veces no saben cómo implantarla ". Aquí es donde entra en juego la crisis de Covid 19: al acelerar la transformación digital de los bancos, ha creado de facto las condiciones para la creciente adopción de la Banca Abierta. La reglamentación, que sigue siendo uno de los principales obstáculos para el despliegue de Open Banking, también parece dispuesta a evolucionar en una dirección favorable: la Autoridad Bancaria Europea ha allanado el camino anunciando recientemente sanciones contra los actores bancarios nacionales que no abran sus API a Open Banking. Sin duda, esto suavizará el enfoque de los departamentos jurídicos y de cumplimiento normativo de las entidades financieras, que todavía se muestran demasiado cautelosos en materia de apertura de datos.
La situación también está evolucionando del lado de los usuarios. Aunque la Banca Abierta sigue suscitando preguntas, dudas y recelos, las tasas de adopción han aumentado considerablemente desde los primeros casos de uso en 2018-2019. La adopción de las soluciones de Algoan oscila ahora entre el 10% y el 50%, y aumentó bruscamente la pasada primavera. Esta subida se explica por un cambio profundo y duradero en el comportamiento digital, vinculado a la crisis de los Covid-19. Para ganarse de una vez por todas la confianza de los usuarios, Open Banking tendrá que basarse en recorridos del cliente irreprochables y en una educación cada vez mayor. En particular, es crucial hacer hincapié en las ventajas del concepto -simplicidad, inmediatez, capacidad de respuesta (hasta el pago de los fondos)- y tranquilizar a los usuarios sobre la seguridad de los procesos utilizados, la calidad de la evaluación realizada y la protección sin concesiones de los datos personales y la privacidad.

En sólo 3 años, Open Banking se ha consolidado en el paisaje financiero francés, atrayendo cada vez a más proveedores de crédito. Todo hace pensar que esta tendencia se mantendrá en los próximos años y que Open Banking se convertirá en un estándar del mercado, dadas las numerosas ventajas que ofrece. En 2021, la cuestión ya no será si Open Banking logrará conquistar el sector financiero, sino... ¡a qué ritmo se producirá esta transformación!

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